Una duda surgió en clase de
Educación del Movimiento, más bien una pregunta, que me hizo pensar: ¿Son las
asignaturas unos obstáculos a superar para conseguir el diploma de graduado?
Quizá la respuesta parece que sea “Sí”, pero
si simplemente buscamos aprobar como sea, para pasar la asignatura, pasar de
curso y así estar más cerca de obtener el título, ¿para qué queremos ese título?
“Para poder trabajar” es la respuesta lógica. No obstante, en el trabajo te
exigirán conocimientos específicos que tú deberías tener, ya que posees el
diploma. Pero no los tienes, porque te tomaste las asignaturas como simples
obstáculos a superar, sin pararte a obtener el beneficio que estos obstáculos
te proporcionan.
Seguramente solo memorizabas los textos para
luego escribirlos en el examen, y olvidarlos al cabo de pocos días. De este
modo, cuando te hablan de ello más adelante, o cuando surge la necesidad de
poner en práctica lo que aprendiste de ese texto, no sabes qué hacer. Algo te
suena, pero no tienes ni idea.
Mal de
Escuela es un libro del escritor francés Daniel Pennac, en el que cuenta
como era su vida cuando era estudiante (un mal estudiante). Algunas frases me
llamaron la atención, como por ejemplo “Aprendiendo de
memoria, no suplo nada, añado
algo al todo”, o “Retiene lo que da sentido y, dígase lo que se diga, conserva
intacto el sentimiento de la belleza”. Con esta última frase,, aunque Pennac se
refería más bien a poemas, también podemos extraer que la buena forma de
aprender no es memorizar el texto, sino comprenderlo, para en el futuro poder
emplearlo (tal vez cambiando algunas variables) correctamente con los problemas
que te surjan en tu trabajo y poder solucionarlos.
En definitiva, las asignaturas no son un
texto que memorizar para sacar un 5 en el examen, y luego olvidar. Las asignaturas
te ayudan a poder desenvolverte mejor en un futuro, a poder solucionar los
problemas que surjan, y por eso no hemos de buscar solo la firma de asistencia
y luego aprobar el examen, porque esto no nos sirve de nada. Hay que
aprovechar, intentar quedarse con lo máximo posible de lo explicado en clase, y
comprenderlo más que memorizarlo.
Ahora me arrepiento de algunas materias
importantes que aprobé con suerte porque no sabía nada y en un futuro necesitaré
saber de ello y no tendré conocimientos. Sin ir más lejos, en algunas
asignaturas que estoy cursando ahora se necesita saber de aquella asignatura
que aprobé de casualidad, y no me entero apenas. Así que desde entonces intento
prestar atención y adquirir los máximos conocimientos posibles, aunque me
cueste.