Y algunas de estas desventajas del movimiento vienen dados
por unos pensamientos y maneras de ver el deporte, unas ideologías incorrectas que surgen (ya
sea consciente o inconscientemente) en la enseñanza y realización. Y de estas
ideologías, las más comunes e importantes son las siguientes:
- Sexismo: el
sexismo es una ideología que se basa en la discriminación existente en razón
del sexo de las personas. Es una ideología implícita y suele ejemplificarse en
división por sexos a la hora de la actividad física, y que cada sexo practique
"su" deporte (por ejemplo, los chicos a jugar a fútbol y las chicas a
saltar a la comba). Viene dado porque la sociedad ve como algo natural que los
niños sean mejores en las actividades de golpeo, lanzamiento y competiciones en
equipo, mientras que las niñas lo son en juegos y actividades que requieren
flexibilidad y coordinación motriz fina (Scraton, 1990).
- Igualitarismo: surge como
contraposición al sexismo, y consiste en dar un trato igual a chicos y chicas, lo que en realidad
conlleva una desigualdad. Si ponemos a las chicas a jugar con los chicos a
fútbol, por ejemplo, ellas apenas tomarán parte en el juego y no tocarán la
pelota. La correcta manera de solucionar el igualitarismo y el sexismo sería
dar un trato equivalente a
los alumnos, es decir, tratar a los chicos y chicas igual en lo que sean
iguales, y diferente en lo que sean diferentes. Entonces el ejemplo anterior se
solucionaría poniendo a los chicos a jugar entre ellos y a las chicas a jugar
entre ellas, sin olvidar que se puede integrar a las chicas a jugar con los
chicos.
- Culto al
rendimiento: se apoya en el desarrollo de habilidades físicas , y sus focos
de atención son el deportista de élite y el alumnado más capacitado (Devís y
Samaniego, 2009). Consiste en premiar a los mejores atletas, y en buscar crear
grandes deportistas. Pero no se debería premiar las capacidades físicas sino el
aprendizaje, y como dicen Devís y Samaniego (2009), la Educación Física
escolar no debe buscar grandes
campeones deportivos, como la
asignatura de Lengua y Literatura no busca crear grandes novelistas o la de
Música famosos compositores.
- Recreacionismo:
surgió como contraposición al culto al rendimiento y se basa en la creencia de
que la Educación
Física escolar no es más que una asignatura para desconectar
del resto de asignaturas "serias" (como las clasifica Arnold en
1989), es decir, la asignatura de Educación Física es otro recreo, y debería
consistir en dar material a los alumnos para que se diviertan jugando. Esto es
totalmente incorrecto porque, como he dicho anteriormente, la actividad física sí es educativa y en esta ideología pierde todos esos
valores.
- Mesomorfismo y culto
a la delgadez: son dos ideologías, pero se consideran una misma, en
"versión hombre" (mesomorfismo) y "versión mujer" (culto a
la delgadez). La sociedad considera el cuerpo mesomorfo de un hombre como un cuerpo sano, a la vez que
ocurre lo mismo con el cuerpo delgado de la mujer. Esta diferenciación de
formas corporales sanas en función del sexo se corresponde con otras creencias
que asocian el cuerpo de los hombres con la condición física y al cuerpo de las
mujeres con la delicadeza y la flexibilidad (Scraton, 1990 y 1995; Vázquez y
Álvarez, 1990). Por lo tanto, esta ideología tiene también toques sexistas. La
razón por la cual se busca ese cuerpo mesomorfo o delgado es que esos cuerpos
se consideran con mayor capacidad funcional y sin problemas cardiovasculares
según un estudio de Devís (1994), mientras que las personas gordas se
consideran con problemas cardiovasculares y funcionales, se relacionan con el
tabaco y la bebida y la falta de cuidado personal, aunque se consideran
personas felices. Además, esta ideología lleva a que la sociedad (en su mayoría
los adolescentes) estén descontentos
con su cuerpo y busquen tener
un cuerpo perfecto, apareciendo enfermedades como anorexia
o bulimia (especialmente en mujeres, por lo de buscar la delgadez y
perder eso).
Para evitar ideologías dañinas e injusticia, cabría cumplir
con la ética profesional del profesor de Educación Física. Y
esta ética se describe bastante bien en el texto "Devís Devís, J. y Pérez
Samaniego, V. (2009). La ética profesional en la formación del profesorado de
Educación Física, en Martínez Álvarez, L. y Gómez, R. (Eds.): La
educación física y el deporte en edad escolar. Un giro reflexivo.Buenos
Aires (Argentina): Miño Dávila (pp. 105-123)". Básicamente en él se nos
comenta que educar implica tomar un sinfín de decisiones sobre lo que resulta
bueno o malo, conveniente o inconveniente, efectivo o inútil, y se nos dan
cuatro principios éticos sobre
los que se debe orientar la acción educativa en la Educación Física ,
para respetar a los alumnos y no establecer una relación de poder del
profesorado (tampoco una de poder del alumnado), sino una de la que se puedan
beneficiar los dos, y no ver a los alumnos como seres incapaces, débiles y
carentes de autonomía, ya que como dice Cortina (1993), debemos considerar a todas las personas como
interlocutores válidos y con autonomía en todo aquello que les afecta y
compete. Así pues, los cuatro principios éticos son: utilidad, justicia,
capacitación y responsabilidad. Mediante el principio
de utilidad nos aseguramos de
que todo lo que se enseña y del modo en que se enseña es útil y proporciona el
máximo beneficio con el mínimo daño. Con el principio
de justicia se consigue que todas las personas se beneficien de las
acciones educativas en igualdad de condiciones, cosa a la cual tienen derecho.
Aquí se incluye lo que se habla antes acerca de la ideología del igualitarismo,
que no debe ofrecerse un "trato igual" sin tener en cuenta las
diferencias sociales, culturales y económicas entre las personas y grupos. Por
tanto debemos primero en un "igual respeto" a todas las personas, y
basándonos en esto, considerar un "trato equivalente". En cuanto al principio de capacitación, hace
referencia a la facultad de las personas, grupos y comunidades para elegir
aquello que desean e influir en otros para conseguirlo (pero
no dominándolos, sino colaborando). Para conseguir esto, se recurre al
diálogo e interacción entre las partes implicadas, y este diálogo toma tres
fases: escuchar los problemas que preocupan, dialogar para buscar soluciones y
actuar para llevar a cabo esas soluciones. Por último, el principio de responsabilidad hace
referencia a las consecuencias y obligaciones que derivan de las acciones
personales, profesionales y sociales de los docentes. El profesorado ha de
reconocer la vulnerabilidad del alumnado, y asumir el deber de cuidar esa
debilidad y regular su poder de actuación por la posición de autoridad que
posee. Y aquí es donde actúa la ética
del cuidado.
La ética del cuidado bien muy bien descrita en el
texto "Pérez-Samaniego, V. (2004). La
ética del cuidado en educación física". Básicamente, la
ética del cuidado consiste en elevar a la categoría moral una serie de valores
tradicionalmente presentes en las profesiones asistenciales, tales como la
atención, el respeto y el mantenimiento de la dignidad humana (Devís y Samaniego,
2009). El texto anteriormente citado, nos dice dos cosas acerca de la ética de
cuidado. La primera es que los profesores de Educación Física tienen el
compromiso de cuidar a todos sus alumnos, y eso no se explica en los libros ni
en el currículum, sino que se realiza con un trato personal y de manera
diferente en cada momento, dependiendo de cada persona, mediante el modelado,
el diálogo y la práctica, y se menciona que no se debe caer en la competencia
entre docentes por ver quien cuida más a sus alumnos. La segunda es que se debe
cuidar por y para el bien, y que no se puede cuidar más a unos que otros porque
son mejores físicamente, o se portan mejor: "la corporeidad de cada
alumno/a es digna de respeto en sí misma". También incluye que Gregory (2000)
plantea seis virtudes que pueden servir para orientar la acción educativa hacia
la ética de cuidado. Esas seis virtudes son: tener una relación social de proximidad y tener en cuenta la gente de nuestro
alrededor, tener consideración acerca de las diferentes maneras en
que nuestras acciones afectan al resto, ayudar al resto a alcanzar sus
objetivos con solidaridad,
ser capaz de imaginar las
formas de creer y de querer de las personas que nos rodean, tener tolerancia acerca de la
existencia de distintas formas de ver la realidad, y que el cuidado de los
otros no puede tener un coste personal excesivo ni ir en contra de nuestros
intereses, es decir, se debe tener un autocuidado.
Para finalizar, Samaniego nos habla de que para asegurarse
un cumplimiento de la ética en la actividad docente de Educación Física, se
debería tener una especie de normas que seguir, un código deontológico para los
educadores, y nos propone el siguiente enlace como ejemplo: http://www.consejo-colef.es/codigo-deontologico.html .
Entonces, ¿como cambiar para introducir todo lo mencionado
en el nuevo currículum de la Educación Física ? Cambiar en este aspecto significa introducir una serie de reformas del sistema educativo e innovaciones en las acciones educativas. Pero no debemos quedarnos en los primeros niveles de cambio, los relativamente fáciles (el cambio en nuevos materiales y actividades, y los cambios en métodos y tareas de aprendizaje), sino que debemos profundizar y cambiar las creencias y valores que influyan en la compresión de los temas y las ideas pedagógicas asumidas, lo que es un cambio real. Sin embargo no todos los docentes creen en el cambio de la misma manera, hay diversas posiciones. Los hay que dicen que es imposible cambiar ya. Los hay que piensan que todos lo están haciendo muy mal y van en dirección contraria, que piensan que hay que cambiar todo todo. También están los que dicen que los cambios son planificables, los que creen que para cambiar sirve con cambiar el primer nivel (materiales, métodos y actividades novedosas), los que piensan que los cambios se pueden imponer... Sin embargo, los docentes son los responsables del cambio, y éste empieza por ellos mismos. Y el cambio solo es posible si se tiene capacidad de acción para hacer los cambios, y si se tiene el propósito moral de cambiar. Cualquiera de las dos aisladas no sirven. En cuanto al proceso de cambio, comienza con una puesta en común de unas condiciones conjuntas, y después revisar los problemas, elaborar las soluciones y poner en práctica esas soluciones. Después de esto, cabe observar si las soluciones han funcionado y/o si han surgido nuevos problemas, y en caso afirmativo habría que volver a analizarlos, buscar soluciones, ponerlas en práctica, etc.
En definitiva, el cambio no es fácil, pero tampoco imposible: supone un esfuerzo. El cambio no es posible sin los docentes (o solo con los docentes), y la correcta aptitud para el cambio es el desarrollo profesional y personal.
Referencias bibliográficas:
- Arnold, P.J. (1989). Educación Física, movimiento y
currículum. Madrid: Morata (Caps. 1 y 2)
- Devís, J. (2001). Currículum oculto y las nuevas orientaciones
en el estudio del currículum en la educación física, en Vázquez, B. (coor.),Bases
educativas de la actividad física y el deporte. Madrid: Síntesis, pp.
277-306.
- Devís, J. y Peiró, C. (2011). Sobre el valor educativo
de los contenidos de la educación Física. Tándem,35, 68-74
- Devís Devís, J. y Pérez Samaniego, V. (2009). La ética
profesional en la formación del profesorado de Educación Física, en Martínez
Álvarez, L. y Gómez, R. (Eds.): La educación física y el deporte
en edad escolar. Un giro reflexivo.Buenos Aires (Argentina): Miño Dávila
(pp. 105-123)
- http://www.consejo-colef.es/codigo-deontologico.html
-
http://edmov.blogspot.com.es/2011/11/tema-5-etica-y-cambio.html
- Pérez-Samaniego, V. (2004). La ética del cuidado en la
educación física.